Erik Avilés ve avances en la nómina docente, pero convoca a usar pruebas y apostar por las nuevas tecnologías
Arved Alcántara / La Voz de Michoacán
En Michoacán, la administración estatal tiene un escenario con luces y sombras en materia educativa. Si bien el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla logró estabilizar la nómina magisterial y contener los conflictos sindicales que por años paralizaron el sistema educativo, aún persiste retos de fondo: el rezago en aprendizajes, la desigualdad territorial y la falta de evaluación transparente siguen siendo los principales obstáculos para garantizar una educación de calidad. Así lo expone Erik Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Michoacán, al ofrecer un balance de la política educativa del periodo 2021-2025.
El especialista reconoce que uno de los avances más relevantes del actual gobierno ha sido la estabilidad en el pago de nómina del sector educativo, un logro que, dijo, no debe subestimarse tras décadas de conflictos laborales y tomas prolongadas de oficinas.
“El hecho de que los maestros reciban su salario a tiempo y que las escuelas funcionen con regularidad representa una base necesaria para cualquier mejora futura”, explica el también especialista en Política Pública. No obstante, advierte que esta estabilidad administrativa no puede confundirse con efectividad educativa: “Hay que diferenciar entre mantener las aulas abiertas y garantizar que los alumnos realmente aprendan en ellas”.
Avilés Martínez señala que el discurso oficial se centra en avances de gestión y cobertura, pero estos no se traducen necesariamente en logros académicos significativos. “La pregunta de fondo es: ¿qué están aprendiendo los más de un millón 243 mil estudiantes del ciclo escolar 2024-2025 y cómo se están reduciendo las brechas de desigualdad?”.
A su juicio, el verdadero legado de la administración bedollista está todavía por medirse, y no solamente se hará con base en el número de obras o conflictos evitados, sino en aprendizajes efectivos y en la formación de ciudadanos críticos y competentes.
El presidente de Mexicanos Primero Michoacán identifica varios desafíos estructurales que el Gobierno de Michoacán debe atender con urgencia. El primero, alcanzar la cobertura universal. De acuerdo con la organización, aún hay una proporción considerable de niñas, niños y jóvenes fuera del sistema escolar, un rezago que Erik Avilés califica como una “sangría para el futuro de las generaciones en formación”.
Abunda que garantizar la asistencia es sólo el primer paso para avanzar hacia la excelencia educativa, lo que implica asegurar que los alumnos adquieran competencias básicas en lectura, matemáticas, pensamiento crítico y habilidades socioemocionales. Recordó que, antes de la pandemia de COVID-19, 7 de cada 10 estudiantes michoacanos no alcanzaban niveles satisfactorios en las evaluaciones de aprendizaje.
La desigualdad educativa constituye otro reto, reconociendo que Michoacán presenta una geografía fragmentada con zonas urbanas, comunidades indígenas, regiones rurales y áreas bajo influencia del crimen organizado. “La brecha entre la educación que recibe un niño en Morelia y otro en la sierra es abismal. No existen estrategias diferenciadas que respondan a las condiciones locales y eso profundiza la exclusión”, apunta.
A esta problemática se suma el rezago en infraestructura: pese a las mil 900 obras reportadas por el gobierno estatal -un avance relevante-, muchas escuelas continúan sin servicios básicos, conectividad a Internet o equipamiento tecnológico. “La brecha digital se ha convertido en una nueva forma de desigualdad educativa”, advierte.
Otro de los pendientes es la formación y acompañamiento docente. Avilés ve compromiso de la mayoría de los maestros michoacanos, pero insiste en que requieren actualización constante y condiciones laborales adecuadas. “Con un presupuesto proyectado de 91 pesos por alumno en 2026 (para capacitación a nivel federal), prácticamente no se podrá hacer mayor cosa en materia de formación continua o innovación pedagógica”. Por ello estima urgente fortalecer desde lo estatal los mecanismos de acompañamiento y evaluación docente para asegurar que las estrategias lleguen al aula.
La transparencia y la rendición de cuentas son, a decir del entrevistado, otro punto crítico. Cuestionó que no existan evaluaciones estandarizadas recientes que permitan conocer el nivel real de aprendizaje en las escuelas públicas. “Sin datos confiables, no se pueden diseñar políticas efectivas ni medir resultados”, subraya. Mexicanos Primero ha insistido en la necesidad de restablecer un sistema estatal de evaluación educativa que proporcione información pública y verificable sobre avances y rezagos.
Inseguridad, variable relevante: Erik Avilés
Erick Avilés Martínez, presidente de Mexicanos Primero Michoacán, alerta que la inseguridad también afecta de manera directa el derecho a la educación. En varias regiones, las escuelas operan bajo amenaza, los maestros enfrentan riesgos en su traslado y algunos estudiantes deben abandonar clases por la presencia de grupos criminales o la violencia en los caminos.
“El fenómeno del reclutamiento de jóvenes en zonas de conflicto representa una tragedia silenciosa que el Estado no puede seguir ignorando”, alertó.
Consideró el doctor en Ciencias del Desarrollo Regional indispensable incluir la variable de seguridad en la planeación educativa para evitar que el contexto de violencia siga expulsando a niños y adolescentes del sistema escolar.