La creadora y gestora moreliana le apuesta a la ilustración como un espacio de confluencia entre las artes plásticas y el diseño gráfico
Víctor E. Rodríguez Méndez
Desde pequeña a Celeste le gustaba dibujar. Se la pasaba dibujando y les decía a su mamá y papá: “Yo voy a ser pintora”, por lo que la inscribieron en el taller de Francisco Rodríguez Oñate en la Biblioteca Pública Central “Francisco J. Múgica”, lo fue su primera aproximación al arte gráfico. Hoy día, Celeste se ve a sí misma como una mujer dibujante, amante de los libros, alguien a quien le gusta colaborar y estar para las demás personas. Además, puntualiza, le pone bastante pasión y ganas a lo que hace, aunado a que se concibe más trabajando en colectivo que en lo individual.
Vista ya como un referente de la escena del arte gráfico en Michoacán, Linda Celeste Jaime Padilla nació el 14 de febrero de 1983 en Morelia. Estudió artes visuales y actualmente se dedica a las artes gráficas, aun cuando su campo laboral es el diseño editorial combinado con la ilustración. “Voy haciendo un cóctel de las cosas que me gustan”, dice la creadora, cuyo trabajo ha sido seleccionado en la Bienal Nacional de Arte Universitario, la Bienal Nacional de Grabado “José Guadalupe Posada” y en el concurso Internacional de Grabado El Caliu, y ha recibido menciones honoríficas en otros certámenes importantes.
De las tres líneas terminales en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Michoacana, ella optó por la gráfica porque “se trataba más de una aproximación al arte a través del dibujo”, asegura en entrevista en su estudio en el sur de Morelia. “Me gustó mucho esa línea, a pesar de que yo no conocía nada de técnicas gráficas”. Hasta entonces su relación con el arte era la pintura y algunas técnicas pictóricas, que era lo que le llamaba la atención y por eso decidió estudiar en la academia nicolaíta.
De su encuentro con las técnicas gráficas recuerda, sobre todo, la manera en la que tenía que sintetizar las formas, olvidándose del color y únicamente con el alto contraste definir las ideas y plasmar lo que quisiera. Como la terminal de estampa también tenía materias de diseño gráfico, Celeste dijo: “Ah, mira, está muy interesante”. Y, así, fue siguiendo la ruta del diseño gráfico —primero publicitario, luego el diseño editorial—, con el que vino también su acercamiento con la encuadernación y la producción de libros. “Me pareció que los libros fueron un punto de encuentro entre el arte gráfico y el diseño”, señala.
Hoy día reconoce que la Celeste de sus tiempos de universitaria tenía la visión del éxito artístico reflejado en premios, exposiciones y un trabajo mucho más individual. Incluso, ahora mismo, no se reconoce como artista visual. “Yo digo: soy diseñadora, soy ilustradora, soy creadora en general y me gusta hacer una pieza en este rompecabezas cultural”.
La Celeste Jaime de ahora no se preocupa tanto por las exposiciones ni por la producción personal, sino que concibe el arte y la producción artística como un espacio de intercambio entre el ámbito creativo de la ciudad. “Me gusta aproximarme al arte no sólo desde el aspecto creativo personal con mi obra, sino más bien ver de qué manera puedo acompañar otros proyectos, y ver de qué manera lo que he aprendido en este camino de lo gráfico puede apoyar y potenciar el trabajo de otras personas. Creo que me concibo más ahorita trabajando en colectivo que en individual”.
En este sentido, para la creadora moreliana es de suma importancia involucrarse activamente en el ambiente cultural, tanto en su entorno como con generaciones más jóvenes. Para ello dedica parte de su tiempo en propiciar espacios para la promoción, venta e intercambio de obra, pensando en el crecimiento de quienes se dedican al arte en la ciudad. Es una labor que la hace ver siempre tras bambalinas.
Mujeres: compromiso y concordancia
El sentido colectivo de su labor creativa la ha llevado a tener un acercamiento y un acompañamiento con mujeres, fundamentalmente, lo cual le parece ideal. “Resulta más fácil trabajar entre nosotras. Las mujeres con las que nos hemos acompañado en la creación de distintos proyectos son compañeras de vida con las que nos conocemos desde hace mucho tiempo, y sí hay algo especial en trabajar entre nosotras, cierto nivel de compromiso y concordancia, de atender también ciertos temas”.
Celeste es fundadora de ALTER.nativa Gráfica, empresa orientada desde 2011 al diseño gráfico, editorial y a la encuadernación artística, además de realizar montajes de elementos de apoyo museográfico en muestras de arte; de igual manera, ha desarrollado diversos proyectos colaborativos con otros artistas que, en algunos casos, desembocaron en libros de artista o proyectos gráficos más completos.
Explica que ALTER.nativa Gráfica fue parte de esa relación con otras mujeres. “Fue un poco sin quererlo, pero lentamente las cosas nos han ido llevando así. Creo que está bien porque así también vamos reforzando, abriendo y cuidando nuestros espacios. Espero que esto nos lleve en un futuro a que podamos tener relaciones mucho más empáticas, y que el trabajo también sea más honesto”.
La ganadora del Premio Dolores Castro 2023 en ilustración afirma que el apoyo entre mujeres las fortalece en muchos sentidos, desde el factor económico que permite tener la solvencia e independencia que necesitan; se trata, apunta, “de echarnos un poquito más la mano entre nosotras para poder estar en igualdad de circunstancias”.
Este contacto personal le permite nutrir su propio trabajo artístico, además de su inclinación por ver libros de arte gráfico y de diseño para conocer diversas editoriales y propuestas gráficas. Actualmente, sobre todo, se ha enfocado más a la ilustración, por lo que le gusta ver el trabajo de otras personas dedicadas a la misma técnica como José Luis Cuevas y Sergio Garval —influencias importantes en sus primeros trabajos en los que tendía más a lo oscuro—, por la manera en la que trabajaban el cuerpo humano y la línea. Su trabajo reciente es “luminoso y colorido, y muy femenino también”, según afirma. “De repente me cansé de tanto blanco y negro y empecé a probar más con el color”. Mariana Motoko es una artista gráfica mexicana que le gusta mucho a Celeste, quien la influyó en el sentido sintético de reducir todos los elementos a lo mínimo.
Además, su trabajo como gestora le llevó a ser parte de la coordinación de Originaria. Gira de mujeres poetas en lenguas indígenas, un proyecto que promueve y difunde la poesía escrita por mujeres indígenas en sus lenguas originarias de México. “Lo iniciamos en 2018 con Mara Rahab Bautista López y Ateri Miyawatl. Soy muy afortunada de formar parte de esa triada”, señala. Y añade que es un proyecto que constantemente va cambiando su definición y del que ella ha aprendido muchísimo.
Inició generando espacios pequeños de escucha de mujeres que escriben y crean en cualquier otra lengua que no sea el español, de las cualquiera de las otras 68 que se hablan en México, por lo que Originaria también está enfocado a la literatura producida por mujeres, “en el afán de seguir reduciendo las brechas, aunque sea poquito, en cuanto a la producción editorial, específicamente en lenguas originarias”.
Celeste Jaime cree que en la actualidad vivimos el decenio de las lenguas indígenas, que implica una revitalización en la edición y publicación. “Sabemos que es algo que se tiene que atender desde hace muchísimos años, y queremos incidir en la medida de nuestras posibilidades”. Es un proyecto que tiene este formato de escucha en el que las mujeres leen su obra en voz alta y también tiene una salida editorial, que es una colección de publicaciones en formato que editan Celeste, Mara y Ateri y que luego ella diseña y le da su salida física. Se trata de libros en formato de plaqueta que contienen una selección poética de cada autora, aun cuando también han publicado ensayos. Cada edición contiene un mapa que ubica geográficamente el territorio en el que se habla la lengua, que no necesariamente coincide con los territorios convencionales en que están divididos por estados.
Hasta el momento se cuenta con 23 publicaciones y la idea es que siga creciendo la colección.
La ilustración y su momento
El momento que vive Celeste como artista gráfica la ubica en la ilustración, con la que tiene una relación muy estrecha. En su elaboración utiliza varias técnicas e, incluso, puede mezclarlas. Le gusta su carácter sintético, en cuanto a que comunica de una manera más directa. “Para mí la ilustración está a medio camino entre las artes plásticas y el diseño gráfico, entonces es como un espacio de confluencia”, refiere. “El principal medio sigue siendo el dibujo, el trazo directo, que para mí es fundamental. Es algo que nunca he dejado de hacer y que tampoco podría dejar. Aunque tenga computadora, tablet y un montón de cosas por hacer, creo que siempre regresaré al dibujo”.
De ahí que sus temáticas también se hayan modificado en los años recientes, pasando de imágenes más oscuras que obedecían a las tendencias de cuando Celeste era estudiante y a lo que en ese momento era gráficamente aceptado como arte. Cuenta que después de hacer una pausa en el ámbito creativo para involucrarse más en el diseño, retomó al fin el dibujo con la ides de convertirlo en un medio para volverse a reconocer, para pensarse y sentirse, para ver qué estaba pasando por dentro de ella, según dice. “A partir de ahí he estado generando obra que tiene más color y que alude mucho a lo femenino, a mi ser mujer. También tiene que ver con un momento en el que yo necesitaba reconocerme y saber hacia dónde quería seguir avanzando en muchos aspectos de mi vida”.
En tanto, Celeste Jaime —quien cuenta con tres muestras individuales y más de 25 colectivas— aprovecha este impulso creativo y prepara varios proyectos, como una serie nueva de dibujo en la que curiosamente pretende regresar al blanco y negro y explorar el formato del códice. En la cuestión editorial, añade, siempre “hay proyectos a futuro, eso nunca se detiene”.
Y también prosigue en su tarea de generar un nuevo espacio de venta, como Tinta Bazar, que tuvo que cerrar hace unos meses. Finaliza: “Sigue el pensar y repensar cómo procurar espacios para la venta de la obra y productos de diferentes creadores, eso es algo que traigo siempre en la cabeza y espero que sea un proyecto que en algún momento se concrete maravillosamente”.
Víctor Rodríguez, comunicólogo, diseñador gráfico y periodista cultural.