A pesar de su resistencia comienza a morir.
En la Laguna del Carpintero, en Tampico se sabe que hay una gran abundancia de estos peces diablo; las autoridades encargadas de la limpieza llegan a retirar más de 100 kilos diarios de estos peces muertos, lo cual saltan las alarmas porque este espécimen es conocido por resistir a condiciones extremas.
“Se mueren por la salinidad de la laguna”, aseguran los trabajadores, mientras sacan a los peces diablo muertos que y los depositan en bolsas plásticas, una especie característica por su color negro o gris oscuro, con sus largas aletas y piel gruesa.
En otros cuerpos de agua, por ejemplo en la Laguna de Chairel, viven en su plena forma y tienen una rápida reproducción, incluso se les considera una plaga, siendo depredadores de las especies nativas del lugar.
“Desde mi punto de vista solo lo puede afectar la temperatura elevada y salinidad muy alta que sí tiene la laguna del Carpintero”, comentó Marcelo René, especialista oceanólogo, que conoce de la resistencia del pez.
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También explica que este pez vive sin problemas en el río Amazonas, un ambiente sin dudas más complicado, con demasiados depredadores además de sedimentos, materia orgánica, algas y microorganismos.
Según comentan, el Pez Diablo puede vivir hasta varios días fuera del agua, sin embargo no ha logrado una adaptación adecuada a esta Laguna del Carpintero. A pesar de que se sabe que este animal se adapta muy rápido.
“Es posible que estos peces estaban en agua dulce y fueron arrastrados a agua salada, es lo único qué se me ocurre que no les dio oportunidad de equilibrar su capacidad osmótica”, explicó Marcelo.
Actualmente es la especie que más pescan y muchos subsisten de ella.
Fuente: Milenio