Morelia, Michoacán
El asesinato del presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA), Bernardo Bravo Manríquez, fue acordado por tres líderes criminales del bloque delictivo Cártel Michoacán Nueva Generación, revelan los avances de las investigaciones.
De acuerdo con el diario nacional, áreas federales de seguridad le precisaron que se trata de César Alejandro Sepúlveda Arellano, El Bótox; su primo, Andrés Alejandro Sepúlveda Álvarez, Jandos y/o La Fresa, líder de Los Blancos de Troya, y Ricardo Madrigal Ávalos El Barbas, quien dirige la célula conocida como Cártel de La Virgen.
La publicación señala que los tres criminales cuentan con órdenes de aprehensión por la comisión de delitos del fuero federal y del fuero común y hay recompensas por su captura.
Revela que de acuerdo con sus fuentes, El Bótox, El Jandos y El Barbas acordaron el homicidio del líder limonero desde que el gremio de citricultores del Valle de Apatzingán levantó la voz contra las extorsiones.
Señala, de acuerdo a sus fuentes, que el encono criminal contra Bernardo Bravo Manríquez creció cuando los productores de limón, en específico del municipio de Apatzingán y de una parte de Buenavista, mantuvieron el corte del cítrico tres veces a la semana.
“El tema que traían esos criminales con Berna era obligarnos a que se cortara diario, porque ellos no estaban de acuerdo en que se cortara nada más tres días a la semana, querían cobrar seis días”, explicó un citricultor de esa región.
“Pero nosotros, los limoneros, acordamos que se cortara sólo tres días a la semana, como un sistema de amortización de precios, al no inundar el mercado, y que se nos cayera el precio, pero esos capos no estuvieron de acuerdo y nos mandaron el mensaje a todos con la muerte de nuestro amigo Berna. Aun así, no vamos a doblar las manos”, agregó.
Los criminales obligan a los productores a pagar dos pesos por kilo de limón cortado y otros dos por kilo que se comercializa. Si cortan más días, los grupos delictivos reciben más dinero, describe el diario.
El homicidio
De acuerdo con fuentes federales de seguridad, consultadas por El Universal, ante el enojo de los líderes criminales, Rigoberto López Mendoza (El Pantano), jefe operativo de Los Blancos de Troya para el cobro de las extorsiones, fue quien recibió la orden y maquinó el secuestro de Bravo Manríquez.
La tarde-noche del domingo 19 de octubre, mientras circulaba en su camioneta, Bravo Manríquez fue interceptado por sujetos armados, quienes le dijeron que tenía que reunirse con los jefes porque le iban a regresar “sus tierritas”.
Las “tierritas” son una huerta de su propiedad que en noviembre pasado fue destruida y ocupada por Los Viagras por no pagar la extorsión.
Con ese pretexto fue llevado a una casa de seguridad en la localidad de Cenobio Moreno, donde ya lo esperaban Jandos, El Bótox y El Barbas, quienes habrían dirigido la tortura al líder limonero y su asesinato con el tiro de gracia.
El cuerpo fue llevado a un tramo carretero que conduce a El Tepetate, donde fue abandonado dentro de su camioneta, indican las investigaciones de las áreas federales de seguridad: “La celebración de esos tres objetivos criminales, tras lograr su cometido, fue con alcohol y droga, mientras le pagaban a sus sicarios y a El Pantano”, dijo la fuente consultada.
La tarde de ese mismo lunes pasado, durante un operativo, personal militar detuvo a López Mendoza, lo cual fue esencial para las investigaciones.
La Fiscalía General de Michoacán (FGE) informó que inició una carpeta de investigación en contra de Rigoberto López, quien al momento de su detención estaba en posesión de marihuana, 25 billetes con denominación de mil pesos, tres teléfonos celulares y una motocicleta en la que se trasladaba.
Por su parte, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, aseguró que el líder limonero sí contaba con escoltas. Precisó que el domingo salió de Morelia rumbo a Apatzingán con ellos; “por algún motivo, hace un cambio de vehículo, donde ya no se hace acompañar de la custodia. Estamos investigando eso”, dijo.