Liliana Jiménez – Morelia, Michoacán
Al grito de “¡no somos uno, ni somos cien…!”, arrancó este mediodía en la capital michoacana la marcha por la paz, la justicia y la no violencia.
Una columna humana de miles de manifestantes, entre ellos integrantes de la Generación Z, partió del monumento a Morelos e invadió la avenida Madero, arteria principal del Centro Histórico de Morelia.
La marcha inició puntualmente al mediodía. Los asistentes, una diversa amalgama de la sociedad michoacana, conformada por familias enteras con niños pequeños en carriolas, jóvenes, y personas de la tercera edad que, apoyándose en sus bastones, avanzaban con paso firme, recorrieron avenidas emblemáticas de la capital pasando por el Acueducto, en la Madero Oriente, culminando su recorrido en el corazón del Centro Histórico.
¡Justicia, justicia, muera la impunidad! Corearon miles de gargantas de gente de todas las edades, sensibles aún tras la muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
Grupos de los contingentes alzaron las pancartas y cubrieron tramos de la avenida poniendo a todo volumen melodías que le gustaban al extinto alcalde de Uruapan.
Repudiaron los crímenes de quienes han levantado la voz para defender las causas sociales Y ejemplificaron esos hechos de violencia con los asesinatos del alcalde de Uruapan y el líder de los limoneros de Apatzingán, Bernardo Bravo.
Jóvenes se unieron en una voz y cantaron a todo pulmón el Himno Nacional, en un gesto de solidaridad nacional y de quienes han sido víctimas de la violencia que prevalece en México.
Confrontaciones
Al final del nutrido evento, un grupo de jóvenes se confrontaron con los antimotines sin que la situación pasara a mayores, únicamente gritando consignas contra los policías o intentos de diálogo, entre los que se escuchaba “si se quitan el uniforme, somos iguales”.