Cabalgaba a todo galope porque debía llegar a tiempo para zarpar en aquella embarcación de aventureros que surcaría el mar tenebroso

Saúl Juárez

Cabalgaba a todo galope porque debía llegar a tiempo para zarpar en aquella embarcación de aventureros que surcaría el mar tenebroso

por ese motivo su caballo debía volar y volaba sobre las planicies cerca de ríos tan caudalosos como la propia vida del jinete que no había tenido la paz suficiente para escuchar a su espíritu ávido de un tiempo de reposo para elegir un camino nuevo distante de su existencia maltrecha y así fue como el hombre decidió sosegarse unos meses atrás y en esa pausa comprendió al fin que debía aprender a escuchar así lo hizo y logró oír una voz que prometía revelarle el secreto para engarzar la vida de otra manera por lo que aguzó todos los sentidos y logró vislumbrar de dónde venía el llamado

y comprendió que llegaba desde los territorios al sur de la península hacia allá se dirigió sabiendo que sería obligado mantener la fe por tanto el caballero sigue empecinado cabalgando y bordea la montaña nevada baja por las pendientes preguntándose a cada tanto cuál será la realidad que le tiene reservada lo desconocido

y con esa interrogante llega al puerto logra sumarse a la embarcación que zarpa bajo la lluvia matutina y el caballero pronto entiende que la primera revelación se encuentra en el mar que le habla cuando cambia de color y el viajero siente alegría al poder escucharlo al atardecer de cada uno de los días que se convierten en meses hasta que llegan a tierra y el Almirante Colón grita triunfante con toda la tripulación que festeja aunque el caballero entiende que la voz lo sigue llamando y no se encuentra en las tierras descubiertas sino dentro de él mismo en algún lugar tan desconocido como el nuevo mundo.