El martes, las condiciones de Melissa obligaron a otro avión cazahuracanes estadounidense a volver a su base en la isla de Curaçao por turbulencias
Miami, Florida. Meteorólogos estadounidenses trabajan sin pago en pronósticos y como voluntarios en misiones de aviones cazahuracanes en medio de Melissa -el ciclón más potente de la temporada del Atlántico y que ha dejado más de 30 muertos en el Caribe- por el cierre del Gobierno de Estados Unidos.
«Los cazahuracanes de NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, en sus siglas en inglé) están trabajando sin pago, pero aún así están arriesgando sus vidas para recolectar información vital sobre el huracán Melissa», expuso este jueves el grupo de republicanos del Comité de Comercio del Senado en sus redes sociales.
El equipo de cazahuracanes del organismo climático compartió un video de ‘Kermit’, el avión WP-3D Orion en el que los científicos viajaron al ojo del huracán de Melissa, que golpeó el martes Jamaica con categoría 5, para recopilar información «vital que ayude a mejorar los pronósticos y la investigación».
El martes, las condiciones de Melissa obligaron a otro avión cazahuracanes estadounidense a volver a su base en la isla de Curaçao por turbulencias «más fuertes de lo normal» al ingresar al ojo del ciclón, que entonces tenía vientos máximos sostenidos cercanos a 295 kilómetros por hora.
Inside the cockpit of NOAA's WP-3D while flying into Hurricane Melissa pic.twitter.com/TWV5yTqZZG
— Breaking Aviation News & Videos (@aviationbrk) October 30, 2025
Pese a los riesgos, los meteorólogos del NOAA trabajan sin pago por el cierre del Gobierno, que este sábado cumple un mes, porque los demócratas exigen subsidios para salud y seguros médicos en el presupuesto, mientras los republicanos rechazan negociar.
Además, The New York Times reportó que científicos retirados han vuelto a NOAA como voluntarios o «practicantes sin pago» para analizar el huracán, que ha sido «la tormenta del siglo para Jamaica», según la Organización Meteorológica Mundial.
«Es temporada de huracanes. Está congelado el programa de seguros contra inundaciones de FEMA (Agencia Federal de Gestión de Emergencias). Los pilotos de NOAA están volando sin pago hacia vientos de 185 millas por hora», denunciaron los republicanos del Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes.
Pero el cierre se suma al recorte anual de 27 % del presupuesto de NOAA, el mayor en décadas, y a la pérdida de más 2.000 empleados que hizo la Administración de Donald Trump, apuntaron tres exdirectores de la agencia climática la semana pasada.
«Cada dólar arrebatado a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica significa alertas más débiles de tormentas, una respuesta al desastre más lenta, una capacidad disminuida para proteger vidas, costas y comunidades», escribieron Jane Lubchenco, Kathryn Sullivan y Richard Spinrad en el medio The Hill.
Melissa ha dejado al menos 32 víctimas mortales (23 fallecidos en Haití, cuatro en Jamaica, cuatro en Panamá y uno en República Dominicana), además de millones de afectados en Cuba, donde tocó tierra el miércoles como categoría 3.