Y el dato más fuerte es que ningún país está cerca de erradicar la violencia infligida por la pareja

Mara Rahab Bautista, colaboradora La Voz de Michoacán

25N hace referencia al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conmemorado cada 25 de noviembre. Este día honra a las hermanas Mirabal, quienes fueron asesinadas por su activismo político en la República Dominicana y cuyo sacrificio impulsó la celebración de esta fecha a nivel mundial. La conmemoración busca visibilizar y erradicar la violencia de género en todas sus formas.  

Según ONU Mujeres, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más extendida de todo el mundo. Se estima que 736 millones de mujeres —casi una de cada tres— han sufrido violencia física o sexual por parte de la pareja, violencia sexual fuera de la pareja, o ambas formas, al menos una vez en su vida.

Más de cuatro de cada cinco mujeres y niñas (el 86%) viven en países sin una sólida protección legal o en países que no disponen fácilmente de los datos. Y el dato más fuerte es que ningún país está cerca de erradicar la violencia infligida por la pareja. Pese a la dimensión del problema y a estas tendencias preocupantes, los compromisos económicos y políticas públicas para prevenir la violencia siguen siendo limitados y no prioritarios.

Cada 25 de noviembre, muchas mujeres sienten un escalofrío, escuchar las estadísticas, experiencias y vulnerabilidades nos hace sentir escalofríos. El 25N, es una fecha para gritar, quizás en silencio, quizás con pancartas, tal vez en casa, tal vez en colectiva, gritar que la violencia contra las mujeres debe terminar. Hay varias maneras de gritar, una de ellas puede ser también a través de los libros, la lectura, sin duda, la literatura se ha convertido en una aliada fundamental en esta lucha.

En muchas ocasiones nos preguntan/preguntamos ¿Por qué leer sobre algo que causa tanto dolor? Bueno, creemos que las palabras tienen un poder inmenso: rompen el silencio, ayudan a darse cuenta de que uno no está sola y dan las herramientas para entender las violencias. Leer es un acto de resistencia ante ellas.

Los tipos de violencia son muchos, algunas muy evidentes cuando son ya extremas, como la física; hay otras que suelen ser sutiles, estas en ocasiones hacen que alguien dude de su cordura o de las consecuencias de la desigualdad cotidiana normalizada. La literatura ha descubierto estas capas para hablar de ellas, autoras han puesto el dedo en la llaga, narrando historias que, por desgracia, son frecuentes para miles de mujeres.

Si estás dispuesta a explorar este tema, si es de tu interés, aquí tienes algunas voces que abordan estos temas; cabe decir que no son tratados académicos, sino libros que se leen con la experiencia propia o al menos, cercana.

Para empezar, algo que te abre los ojos: El cuento de la criada, de Margaret Atwood. Muestra, de una manera distópica pero aterradoramente posible, cómo los derechos de las mujeres pueden desaparecer de la noche a la mañana. Es un recordatorio de que nada se gana para siempre.

Si buscas algo más cercano, que hable de hermandad y de historias reales de sororidad, podemos acercarnos a las autoras latinoamericanas, como Catalina Ruiz-Navarro, en Las mujeres que luchan, se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano, utiliza un lenguaje claro y accesible para explicar por qué las mujeres luchan y cómo se apoyan entre sí. A Rita Segato con sus libros, sobre todo La guerra contra las mujeres, en este libro analiza la violencia contra las mujeres no como un hecho aislado o del ámbito privado, sino como un sistema de comunicación y un asunto profundamente político que responde a la lógica del poder patriarcal y el mandato de masculinidad. 

Calibán y la bruja de Silvia Federici presenta a la bruja como símbolo de las mujeres marginadas y al capitalismo como un sistema que expropia los cuerpos, especialmente el de las mujeres y el de los esclavos para la acumulación de capital.

Si te atraen las novelas gráficas, Persépolis, de Marjane Satrapi, una joya que narra la vida de una niña durante la revolución iraní y cómo la opresión afecta directamente al cuerpo y la libertad de las mujeres.

Los temas son variados: violencia física, violencia psicológica, económica, la maternidad impuesta, brecha salarial y acoso. La literatura permite nombrar desde otro lugar estas violencias.

Este 25N, además de salir a la calle o poner un punto morado en las redes sociales, considera dedicar tiempo a la lectura. Conecta con otras mujeres a través de sus palabras, experiencias, ideas e historias.

Lee para ser más libre, más consciente y, sobre todo, para que llegue el día en que ya no sea necesario el 25N.

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